jueves, 25 de julio de 2013

EL MOTIVO DE SU LATIR

La lluvia mojaba mi rostro
Mas no importaba, 
pues solo podía sentir
en el pecho algo punzante,
un desgarro,  aquí dentro.

No era el frío ni la lluvia
sino el dolor que causó ver
que te alejabas de mi.

Previo;
Nos lanzamos cual piedras al agua
palabras hirientes y despiadadas.
Palabras que cruzaron océanos,
palabras que rompeny causan daño
sin reconciliar, empeorandolo todo.

Fue como la ventizca al fuego.
El frío entumeció mis pies;
congeló las mismas manos
que ayer te tocaban  
con deseo, pasión, y amor.

Se clavó hondo, aquí, aquí dentro,
helando mi corazón desabrigado,
que hoy espera regreses
dándole así, con tu presencia,
el motivo suficiente
por el que valga la pena latir.



                                                          EDUARDO BAAS.-


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